Dani Sabater en el escenario de la Sala Cool. Imagen: Marina García para Abro Comillas.
- El grupo Mentira abrió el show del murciano y presentó su próximo tema
- El artista español hizo un recorrido a través de su carrera
Ayer, 18 de noviembre, Dani Sabater volvió a Madrid para saltar al escenario de la Sala Cool, aunque, antes de que pudiera subir él, le tocó el turno al grupo Mentira.
Los teloneros abrieron con su tema Arrepentido, seguido de Malas decisiones. Para quién no los conozca, Mentira es un grupo que forma parte de la nueva era del pop español; está integrado por Miguel (cantante), Suso (bajo), Javi Delgado (percusión y samples) y Javi Aguilar (guitarra). Este último además se encarga de la producción del grupo, y es que. el también miembro de Chill Chicos, se ha convertido en uno de los productores más deseados de esta nueva era del pop.
Siguieron con canciones como Este año, Lo siento x ti, Nuevos destrozos, No sé o Algo falla. Tras eso presentaron una versión del tema 911 de Jhay Cortez y Sech. No desaprovecharon esta oportunidad y adelantaron su nuevo single Rosas y postales, que fue muy bien recibido por el público. Antes de retirarse del escenario volvieron a tocar Malas decisiones.
Miguel, cantante del grupo Mentira. Imagen: Marina García para Abro Comillas
Ya era el turno de Dani Sabater. El murciano arrancó por todo lo alto: sin pisar el escenario, solo su voz. Los fans estaban completamente entregados para cuando salió a interpretar Menta. Un poco más, Nosotros 2 o El despertador no podían faltar en esta cita en la capital.
Suave, Y love U y De q sirve tampoco se podían quedar fuera de la lista de canciones. Dani Sabater también interpretó su versión de 911. Ya llegando al final, el murciano desveló las sorpresas que tenía preparadas: junto a Walls interpretó Partirme la cara y Roy Borland apareció para cantar 2010, el tema que tiene con Sabater.
Dani Sabater y Walls. Imagen: Marina García para Abro Comillas
Fueron muchas las canciones que sonaron en la Sala Cool y sus seguidores se marcharon encantados de lo que habían vivido. A la salida, las sonrisas, los vídeos y los comentarios de la experiencia se sucedían, no solo en la puerta del concierto, si no por las calles. Incluso en el transporte público continuaba la alegría de haber estado en primera fila o haber podido ver a su artista favorito.
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