Camión circulando por una carretera. Imagen: Gabriel Santos vía Flickr.
- La Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte ya fue la encargada de iniciar el parón el pasado mes de marzo
- La interrupción de la actividad duró apenas 36 horas; después se desconvocó a través de un comunicado
La huelga del sector del transporte finalizó ayer, 15 de noviembre, después de que la Plataforma para la Defensa del sector anulase su convocatoria al mediodía. Su seguimiento escaso, de apenas 1.500 trabajadores en Madrid, propició el fin de las protestas un día y medio después de su inicio.
La convocatoria empezó la madrugada del día 14 de noviembre, pero no se registraron cortes graves de carreteras ni atascos notables en la circulación. Tampoco los centros logísticos y mercados mayoristas, como Mercamadrid o Mercabarna, registraron problemas relacionados con el paro, según los retuits de su cuenta de Twitter.

Retuit de la cuenta oficial de Mercamadrid (@mercamadrid_hoy) en Twitter a una publicación de un reportero de TVE. Imagen: Abro Comillas vía Twitter.
Aun así, el presidente de la Plataforma, Manuel “Manolín” Hernández se mostró esa mañana “satisfecho” y habló de “conclusiones precipitadas” en cuanto a los datos de participación, que finalmente se acabaron cumpliendo.
El respaldo fue mucho menor comparado con la huelga de marzo de 2022, que sí logró generar problemas de abastecimiento y parar, en parte, la cadena de suministros. Mercamadrid llegó a recibir un 40 % menos de mercancías durante esos días.
En esta ocasión, las protestas se desarrollaron en cada provincia. En Madrid, donde se encontraba el máximo dirigente del sindicato, solo se congregaron alrededor de 1.500 personas para ir a pie a protestar ante el Ministerio de Transportes.
Los únicos incidentes se produjeron en ciertas ciudades de todo el panorama nacional. Se quemaron neumáticos en Algeciras (Cádiz), así como también hubo un incendio en Villaescusa (Cantabria). Además, se registraron algunos pinchazos de ruedas en Illescas (Toledo) y piquetes en Jerez.
¿Un fracaso previsible?
El sindicato achacó la renuncia al “acoso y derribo” por parte de cargadores, empresas contratantes del servicio de transportes; sindicatos del transporte gubernamentales y algunos medios de comunicación. Sin embargo, su presidente, Manuel Hernández tuvo voz en todas las televisiones nacionales del país.
Ninguno de los principales sindicatos del país agrupados en el Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC), al cual la Plataforma no pertenece, secundaron el paro.
Esta falta de apoyos también sucedió al principio de la huelga de marzo 2022, pero terminó derivando en un seguimiento masivo durante dos semanas, provocando grandes retrasos logísticos y retenciones en el tráfico.
Por tanto, la convocatoria programada para el 14 de noviembre parecía seguir una estela similar. En este sentido, el temor por las pérdidas era mucho mayor, puesto que coincidía con el Black Friday y el inicio del abastecimiento de cara a las compras de Navidad.
No obstante, el rechazo unánime del resto de agrupaciones (CETM, Fenadismer, Astic o Uno) ha derivado también en el “no” por parte de los trabajadores del sector. Todos ellos, junto con la patronal y el Gobierno veían innecesario un nuevo paro, tanto por pérdidas como por los objetivos legislativos alcanzados.
Las anteriores protestas derivaron en la aprobación, el pasado 2 de agosto, de la ley de la cadena de transporte (Real Decreto-ley 14/2022), que impedía a los transportistas trabajar a pérdidas. El Ministerio de Transportes proporcionó ayudas directas por 900 millones de euros, además de la subvención de 20 céntimos por cada litro de carburante.
La CNTC, única organización reconocida por el Gobierno para negociar, no quedó satisfecha en un inicio con el acuerdo, pero consideró que todavía es pronto para evaluar su efectividad y denominó “hito” a la legislación implementada hasta ahora.
Aun así, la Plataforma reclamó que la normativa no se está cumpliendo, aunque apenas se han presentado 80 denuncias, todas anónimas, y pidió que se incrementasen tanto las multas como los cuerpos de inspección de los abusos por parte de los cargadores.