Xi Jinping con los delegados de la etnia zhuang de Guangxi, en el XX Congreso Nacional del PCCh.

Imagen: Xinhua.

  • De ser elegido, Xi Jinping se convertirá en el dirigente chino que permanezca más tiempo en el poder
  • Cada quinquenio alrededor del 60 % de miembros del Comité Central son renovados
  • El próximo objetivo es el de hacer de China un país socialista moderno 

Mañana se darán a conocer los nuevos integrantes del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), así como el del secretario general, puesto que previsiblemente se otorgará a Xi Jinping

El XX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh) se trata de un gran encuentro realizado cada cinco años en el que se determina el rumbo político del país a lo largo de media década. 

Así, esta vigésima edición se ha celebrado en el Gran Palacio del Pueblo, en Pekín, durante una semana, del 16 de octubre hasta hoy, 22 de octubre. Li Keqiang, encargado de presidir el congreso, anunció que asistirían 2.379 delegados, entre ellos, 2.296 delegados titulares y 83 delegados especialmente invitados. 

Necesitan toda esta comitiva para marcar las líneas estratégicas por los siguientes cinco años, lo que se traduce en nombrar a los nuevos líderes del partido, discutir los cambios en la constitución del partido y diseñar una agenda política para el país.

Las autoridades chinas lo explican como “un momento crucial en el que todo el Partido y los pueblos de las diversas etnias de todo el país están emprendiendo una nueva expedición hacia la construcción integral de un país socialista moderno y hacia los objetivos fijados para el segundo centenario”.

Este congreso tiene especial relevancia pues, previsiblemente, se consolide la figura de Xi Jinping como presidente de la República Popular China por otro lustro, lo que le hará sumar 15 años de mandato

Jinping, quien lleva 10 años al frente de la Secretaría General del Partido, la Presidencia del país y la jefatura de las fuerzas armadas, será, probablemente, reelegido secretario general. Si logra terminar el próximo mandato, se convertirá en el dirigente político chino con más años en el poder solo por detrás de Mao Zedong, quien se mantuvo durante 29 años. 

Hasta 2018 la posibilidad de renovar más de dos mandatos seguidos estaba vetada para cualquier dirigente chino, pero se decidió anular los límites constitucionales, de forma que Xi Jinping pudiese ser renovado en su puesto. 

Asimismo, existe una norma, llamada “siete abajo, ocho arriba”, que estipula que pasados los 68 años quienes ocupen un alto cargo deben retirarse. También incluye que los dirigentes nacionales y subnacionales deben tener 67 años o menos en el momento de su nombramiento para un cargo superior. De esta forma se garantiza la continua renovación en el partido y se evita la gerontocracia. Sin embargo, Xi Jinping no cumple con esta condición, pues en junio cumplió los 69 años. 

Más allá del nombramiento del nuevo secretario general del partido, los congresos del partido tienen siempre una gran relevancia para el conjunto de China. 

Decisiones tomadas a lo largo de la semana
Mañana será cuando en la reunión del Comité central se nombre a los 25 dirigentes del Politburó, formado por siete personas actualmente. Como cierre del congreso se han desvelado los cuatro puestos que quedan libres: el primer ministro, Li Keqiang; el presidente de la Asamblea Popular Nacional, Li Zhanshu; el presidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, Wang Yang; y el viceprimer ministro, Han Zheng. Todos ellos superan los 67 años y se espera que se jubilen.

Por su parte, hoy mismo, el expresidente Hu Jintao, que estuvo en el poder entre 2003 y 2013, ha sido expulsado del Palacio del Pueblo por parte de las autoridades chinas. La escena puede suponer la anulación política de la facción más cercana al exlíder del país frente al fortalecimiento del círculo cercano de Xi Jinping. 

En las imágenes se muestra como Li Zhanshu, sentado a la izquierda de Hu, tomó la carpeta roja de Hu para dársela a quienes intentaban hacer salir a Hu del congreso. Además, intentó levantarse a ayudar a su compañero, pero Wang Huning, a su derecha, lo disuadió de hacerlo al tirarle de la chaqueta.

Hu, en su salida, tocó la espalda de Xi Jinping, con quien intercambió unas breves palabras, y luego, le dio una palmada en el hombro a Li Keqiang, actual primer ministro. 

 

El Congreso acordó “incluir en la constitución del Partido (…) su resuelto rechazo y oposición a los separatistas que buscan la ‘independencia de Taiwán‘”. Esta fue una postura que se mostró clara desde el inicio del evento con el discurso de Xi Jinping y que se fue determinando con el paso de los días.

Asimismo, se han aprobado dos enmiendas a la constitución del partido. Una de ellas hace referencia a las “dos salvaguardias”, es decir, mantener a Xi Jinping como núcleo tanto del Comité Central del Partido como de toda su militancia, y mantener la autoridad y dirección centralizada de dicho comité. La segunda medida es la de los “dos establecimientos”, es decir, mantener su figura como núcleo del partido y su pensamiento como guía hasta 2049. 

Otra medida importante fue la aprobación de una enmienda a la Constitución para sustituir “Pensamiento de Xin Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era”, por “Pensamiento de Xi Jinping”. 

El anterior título se introdujo en 2018 en la Constitución como representación de las ideas de Jinping de adaptar el marxismo a las peculiaridades chinas, así como incluir la experiencia práctica y sabiduría colectiva del PCCh. 

 

El discurso de Xi Jinping que enarbola el  “socialismo con peculiaridades chinas”
El presidente de la República Popular China inauguró el congreso presentando un informe titulado “Enarbolemos la Gran Bandera del Socialismo con Peculiaridades Chinas en Lucha Unida por la Construcción Integral de un País Socialista”. Este resumió los logros del partido de los cinco años anteriores y avanzó la dirección política del Estado durante los cinco siguientes. 

Respecto al decenio pasado, Jinping señaló lo extraordinario del PCCh al establecer “estrategias” para lidiar con “cambios no vistos en el mundo en más de un siglo”.

No olvidó las tareas pendientes del partido en la “nueva era”: “Unir y conducir al pueblo de las diversas etnias del país en la materialización del objetivo de lucha fijado para el segundo centenario (la culminación de la construcción integral de un poderoso país socialista moderno), promoviendo integralmente la gran revitalización de la nación china con la modernización china”. 

En resumen, centró su discurso en torno a lo acontecido el decenio pasado, la modernización del marxismo en China, las futuras tareas del partido, la construcción de un nuevo patrón de desarrollo y una estrategia para rejuvenecer el país mediante la ciencia y educación, desarrollar la democracia popular y adherirse a la ley de forma total. Además, también puso énfasis en promover la autoconfianza cultural y la superación personal, mejorar el bienestar y calidad de vida, el desarrollo verde, la modernización de la seguridad y defensa nacional, la reunificación de la patria, así como promover la paz y gobernar el partido de manera inquebrantable y exhaustiva.

Subrayó sus esfuerzos en materia de COVID-19: “Pusimos a la gente y sus vidas por encima de todo gracias a la tenaz política de COVID cero. Hemos protegido la salud de la gente en la mayor medida posible”.

Respecto a Taiwán se mostró orgulloso por haber “luchado con determinación” frente a “las actividades separatistas que buscan la ‘independencia taiwanesa’ y a las burdas provocaciones del exterior”. Y advirtió: “Nunca prometimos renunciar al uso de la fuerza” para conseguir la reunificación.

Sobre Hong Kong afirmó: “El Gobierno central ejerció su jurisdicción para asegurar que Hong Kong lo gobernaban patriotas. Restauramos el orden en Hong Kong”.

En el terreno internacional también felicitó a la nación por “mantenerse fuerte” en medio de “cambios drásticos en la arena internacional”. “Estamos bien posicionados para seguir con nuestro desarrollo y garantizar nuestra seguridad”, zanjó. 

En este mismo sentido se comprometió a “construir un nuevo sistema de gobernanza global, basado firmemente en el sistema de las Naciones Unidas y su Carta fundacional, excluyendo todas las formas de hegemonismo, política de represión, mentalidad de guerra fría y chantaje”.

 

El Congreso: una organización compleja
El XX Congreso reunió a 2.379 delegados, los cuales representan a los más de 95 millones de militantes con los que cuenta el Partido Comunista Chino. De entre todos los participantes en el Congreso, hay una determinada jerarquía:

  1. En el nivel inferior se encuentra la totalidad de los delegados. En torno a 2.400 en esta ocasión. 
  2. En el Comité Central se agrupan cerca de 400 miembros, 200 titulares y 170 suplentes. Estos forman el principal órgano de dirección del partido y tienen reuniones regulares. Tras la finalización del Congreso, en la primera sesión plenaria del Comité Central, estos serán los encargados de escoger al Politburó.
  3. Los 25 integrantes del Politburó, que se reúnen, aproximadamente, de manera mensual. 
  4. El Comité Permanente está formado por entre 5 y 9 personas, también seleccionadas por los miembros del Politburó. Este órgano será presentado en el Gran salón del pueblo en Beijing, donde desfilarán en orden de importancia y gracias a lo cual se podrá conocer si Jinping cuenta con poder absoluto o si ha realizado concesiones. 
  5. El secretario general del partido, muy probablemente Xi Jinping, será nombrado durante el congreso, pero no se confirma su cargo hasta la reunión anual de la legislatura oficial celebrada en marzo. 

La selección de los delegados, por su parte, se realiza mediante un sistema de propuesta de nombres por parte de 38 unidades electorales, que representan a distintas circunscripciones del PCCh. 

Cada circunscripción encarna a unas organizaciones de base e intereses de diverso origen: para el Ejército Popular de Liberación, para instituciones financieras y bancos centrales o de nivel municipal y provincial.

El proceso de selección de los cerca de 3.000 delegados comenzó en noviembre de 2021 y terminó en octubre de 2022 con el Congreso Nacional. Este procedimiento es crucial pues se trata de una reorganización completa de todos los cargos del PCCh, con promociones, elecciones y jubilaciones (los mayores de 68 años no continúan en los altos cargos del partido). 

Pero no es tan sencillo resultar nombrado delegado, pues, además de tener que cumplir con las normas, se trata de profesionales de todas las áreas, entre las que se incluyen a trabajadores, campesinos y profesionales y técnicos. Las minorías étnicas también tienen representación. 

Así, el ratio de renovación de los integrantes del Congreso es considerablemente elevado: en el Comité Central, cada quinquenio, alrededor del 60 % de los miembros elegidos son recién llegados. Una de las normas que también fomenta esta tendencia es la de “siete abajo, ocho arriba”. Si se cumple la norma de edad, el 80 % de los miembros del XX Comité Central deberían haber nacido después de 1960.

Distribución de los delegados (basados en el anterior Congreso del Partido). Imagen: Cheng Li

Distribución de los delegados (basados en el anterior Congreso del Partido). Imagen: Cheng Li

 

Lo que hay detrás del Congreso
Desde septiembre disidentes del Gobierno chino han denunciado, en redes sociales y medios de comunicación, una intensificación de la fuerza e intimidación por parte de las autoridades. En ese mismo mes, la Administración del Ciberespacio del país anunció una operación para “eliminar rumores y bulos” de Internet. 

Según Amnistía Internacional, desde octubre aumentaron las informaciones sobre la prohibición gubernamental de herramientas para burlar la censura, como las VPN.

Hay una corriente extendida que piensa que se trata de una manera de silenciar a los contrarios al régimen con el fin de evitar que crezca el descontento social.

Por su parte, en 2017 Xi Jinping llevó a cabo una operación “anticorrupción” que pasó por iniciar purgas en el aparato político y jurídico. Para muchos, el fin real era el de eliminar a sus enemigos del alto funcionariado del partido para fortalecer su poder. 

Un ejemplo fueron las recientes destituciones del ex viceministro de Seguridad Pública, Sun Lijun; el exministro de Justicia, Fu Zhenghua; y un exfuncionario en Jiangsu, Wang Like, quienes fueron condenados a muerte acusados de corrupción. También fueron juzgados varios exjefes de la policía de Shanghai, quienes cumplirán más de 10 años tras ser acusados de formar parte de una camarilla política en torno a Sun y de ser desleales a Xi.

Desde junio también se ha emprendido una operación de lucha contra la delincuencia. Según el Ministerio de Seguridad Pública, apenas dos semanas antes del congreso, se detuvo a 1,43 millones de personas. 

Hana Young, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Asia Oriental, declaró: “La confirmación del tercer mandato de Xi Jinping será un acontecimiento preocupante”. Y añadió: “Los diez años del presidente Xi en el poder se han caracterizado por un número abrumador de detenciones arbitrarias, una despiadada represión en todo el país de la libertad de expresión y asociación, crímenes contra la humanidad perpetrados contra la población musulmana de la región de Xinjiang y una impresionante escalada represiva en Hong Kong”.

 

Mª Luisa Muñoz. Jefa de redacción.

“Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones públicas”. George Orwell