Protestas contra la reforma del sistema judicial en Israel. Imagen: @Francis49146726 vía Twitter

  • El primer ministro israelí se vio obligado a retrasar hasta este verano su proyecto de ley para reformar el sistema judicial
  • Tras el cese del ministro de Defensa por su cuestionamiento público de la reforma, surgieron de forma espontánea manifestaciones masivas por todo el país

Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, amenazado por una oleada de protestas sin precedentes, se vio forzado el pasado lunes 27 de marzo a posponer su reforma del sistema judicial.

Una buena parte de la población israelí llevaba protestando por este proyecto de reforma desde su primer anuncio. Fue el domingo 26 de marzo cuando la destitución de Yoav Gallant, ministro de Defensa crítico con la reforma, hizo que la crispación llegase a su punto álgido y que estallasen numerosas protestas masivas por todo el país.

Estas, espontáneas y ajenas al impulso institucional de la oposición política, dejan en evidencia la fractura social que vive Israel. Más aún tras la respuesta de los grupos ortodoxos y de extrema derecha, que convocaron a sus simpatizantes a enfrentarse a los manifestantes.

Netanyahu, en su discurso del lunes, anunció la postergación de la reforma y culpó a una «minoría opositora» de intentar crear división. Aseguró que no está dispuesto a cortar en dos al país y que, por ello, tiende la mano al diálogo.

La facción ultraderechista con la que el primer ministro forma su Gobierno, se mostró molesta por el atraso de la reforma y llegó a amenazar con romper la coalición. Netanyahu calmó sus ánimos con la promesa de crear una Guardia Nacional al servicio del Ministerio de Seguridad Nacional, ocupado por Itamar Ben Gvir, líder del partido ultraderechista ortodoxo Poder Judío.

 

Los motivos de las protestas

El rechazo social generado por la reforma viene derivado de su carácter autoritario, que arrebata competencias al Poder Judicial. En un momento de retroceso democrático global y con experiencias similares recientes en Turquía, Polonia o Hungría, una buena parte de la ciudadanía israelí muestra gran preocupación por el mantenimiento de su democracia en un país en el que, además, no existe Constitución que blinde los derechos fundamentales sin necesidad de intervención judicial.

Además, el rumbo ultraderechista que está tomando el actual Gobierno de coalición ya causaba malestar entre ciertos sectores de la población desde hace meses. El apoyo institucional dado a los colonos israelíes y a la ocupación de territorio palestino, el aumento de la conflictividad y de la persecución a la población árabe, el desgaste de las relaciones internacionales con países como Emiratos Árabes Unidos o el rechazo estadounidense a la reforma del sistema judicial son algunas de las cuestiones que han ayudado a que se propiciasen las protestas.

Pese al retraso de la reforma y la oferta de diálogo propuesta por Netanyahu y celebrada por la oposición parlamentaria, las manifestaciones continúan este mismo sábado 1 de abril y no se prevé que vayan a cesar.

Pável Carballido. Jefe de internacional.

“Lo más revolucionario que una persona puede hacer es decir siempre en voz alta lo que realmente está ocurriendo”. Rosa Luxemburgo