Un contador de kilovatios hora. Imagen: RTVE.
- La producción de Ucrania se paraliza por la invasión de Rusia, cuyas sanciones también afectan a la subida de precios
- Las facturas eléctricas y la gasolina, así como los derivados del trigo se multiplican y seguirán subiendo
- Aunque parezca que la causa de todo es la guerra, en términos de inflación los precios ya llevan meses subiendo
La crisis bélica provocada por la invasión de Rusia a Ucrania también ha desatado una guerra económica desde Occidente y otros territorios hacia el país agresor. Pero tanto las sanciones de la Unión Europea como la paralización de la producción ucraniana ya afectan de lleno al bolsillo de los españoles. Las principales energías, que se disparan hacia precios nunca vistos, ya no son los únicos productos que aumentan su coste, también lo hacen los alimentos básicos como el pan, el aceite de girasol o la carne.
Rusia es el mayor exportador de gas a Europa, algo que afecta transversalmente a la energía de todo el continente a raíz de su posicionamiento en el conflicto, totalmente detractor de las actuaciones del Kremlin en Ucrania. En la mañana de ayer, EE. UU. anunció que a partir de la semana que viene se prohíbe la compra de gas y petróleo ruso.
En la misma línea, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, expresó su deseo de que la Unión Europea (UE) abandone su dependencia energética de Rusia. Una de las soluciones que puso sobre la mesa fue a España como abastecedor de Europa, por “su gran cuota de energías renovables”. No obstante, en este país el megavatio hora batió ayer todos los récords históricos al situarse en 544 euros.
En las gasolineras, las tablas de precios se muestran ya muy próximos a los dos euros por litro. Este motivo también es uno de los que alarma a la población: si sube la gasolina, podría subir todo lo que tenga que ser transportado.
Por su parte, Ucrania no sólo es uno de los principales países exportadores de cereal a España, sino que también se considera ‘el granero’ de Europa. Sin ir más lejos, según El Economista, en 2020 el territorio exportó 18 millones de toneladas de trigo al mundo. Además del conflicto, que se espera que repercuta drástica y prontamente en la economía en los próximos días, otros factores como la sequía ya han situado el precio del pan entre un 30 y un 40 % más caro. De esta forma, se espera que en unos días aumente el coste tanto de este producto como de otros derivados también del cereal y el trigo, como puede ser la cerveza.
En los supermercados, muchas de las personas que han tratado de conseguir aceite de girasol estos días se han encontrado con carteles de “solo una botella por cliente al día” o “no quedan existencias”. La escasez por la guerra ha hecho que algunas de las grandes marcas de supermercados como Makro o Mercadona racionalicen este producto, en su mayoría importado de Ucrania (primer país exportador de maíz y girasol a España).
Los comerciales buscan alternativas a este producto agrario, así como otros potenciales países exportadores. Mientras, a los sectores más afectados en este sentido, como la hostelería, no les queda otra opción más que subir los precios ante esta situación derivada de la crisis bélica (que todavía no ha afectado en la economía como lo hará en las próximas semanas), además de la inflación por la subida del Índice de Precios al Consumo (IPC) desde hace unos meses atrás para no perder margen de beneficio.
A corto plazo, se espera que también aumenten los costes de otros alimentos básicos como la carne, el huevo o la leche. Expertos de diversos medios económicos españoles aseguran que esto no solo quedará ahí, sino que se producirá la puntual falta de existencias de alguno de ellos. Esta también será, en parte y si se produce, por las compras desproporcionadas de los consumidores, como se ha visto esta semana con el aceite de girasol. Ante esto, la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados explicó ayer a los consumidores el porqué de las limitaciones de algunos comercios a las compras de los usuarios.