Manifestación en un paso a nivel de Murcia en 2017. Imagen: Cristóbal Osete vía ‘El Salto Diario’.

El pasado lunes, 19 de diciembre, quedó inaugurada la línea de alta velocidad que conecta la Región de Murcia con el Corredor Mediterráneo y con Madrid, a la espera de la conexión con Almería.

Tras más de dos décadas de promesas incumplidas, de cambios de proyectos y de manifestaciones vecinales, el soterramiento del ferrocarril y la llegada del AVE ya es una realidad. Se prometió en el Gobierno de Aznar para 2006. Zapatero se comprometió a cumplir con la llegada a Murcia, al igual que a Valencia. Años más tarde, Rajoy aseguraba su llegada para 2014, 2015 y finalmente 2018. Pero la realidad es que el AVE ha llegado en 2022, 16 años después de su promesa y tras continuos retrasos en el último lustro.

Desde que en 1992 se inauguró la primera línea de alta velocidad en nuestro país, la línea Madrid-Sevilla, han sido bastantes las que año tras año se han ido inaugurando. En estos 30 años el AVE ha llegado a más de una treintena de ciudades, la mayoría con menos población que Murcia, que en 2021 tenía 460.349 habitantes, siendo la séptima ciudad española en población, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)

En estos 30 años de servicio, el AVE se ha llegado a convertir, en muchos territorios, en la eterna promesa electoral que nunca se cumplía. En la Región de Murcia hay que remontarse al año 1999 cuando el Ministro de Fomento de Aznar,  Rafael Arias Salgado, prometió que llegaría en 2006. Desde entonces todos los políticos, autonómicos y nacionales, han fallado en cuanto a la fecha real de su llegada y han ocasionado un gran malestar en la sociedad por los distintos proyectos que no respondían a las realidades de la ciudad ni a las reivindicaciones de los vecinos.

El proyecto que más división, malestar y protestas generó fue el que en 2015 pretendía la llegada de la alta velocidad en superficie, suprimiendo los pasos a nivel y volviendo a dejar la ciudad partida en dos. La plataforma reivindicaba desde los años ochenta el soterramiento de las vías ya existentes, que llevaban más de 150 años partiendo la ciudad en dos.

Ese mismo proyecto afirmaba que la llegada del AVE en superficie sería en fase de pruebas en 2018, hasta la conclusión del soterramiento en 2020 (la primera fase) y en 2023 (la segunda). En esos cinco años el AVE hubiera pasado en algunas zonas a poco más de un metro de muchas viviendas y hubiera generado la instalación de pantallas acústicas que los propios vecinos calificaron de “muro” ya, que hubieran quedado conectados, únicamente, por una pasarela peatonal y un paso inferior con el resto de la ciudad.

Movilizaciones diarias

Lo que comenzó el 5 de septiembre de 2017 como una semana de acampada y protesta junto a las vías del tren por el muro proyectado dió paso a manifestaciones diarias sin precedentes que se extendieron durante 618 días, en los que se vivieron enfrentamientos con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. 

Manifestación del 30 de septiembre de 2017. Imagen: Plataforma Pro-Soterramiento

La gran manifestación

En la tarde del 30 de septiembre de 2017, cuando las protestas pacíficas aún no llevaban ni siquiera un mes, cansados de mentiras y de los desalojos policiales producidos dos días después de la visita del ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, más de 50.000 personas colapsaron las principales arterias de la ciudad. Esta manifestación fue la segunda más grande en la historia de la capital, solo por detrás de las movilizaciones contra la guerra de Irak de 2003. 

Aquella movilización estuvo respaldada por varios partidos políticos, las AMPAS de los centros educativos del sur, las asociaciones vecinales de la zona y más de mil músicos que participaron interpretando las canciones protesta del movimiento, así como vecinos de Cartagena y Alcantarilla, que se desplazaron a Murcia para sumarse a las reivindicaciones. 

Un mes más tarde, el 28 de octubre, la manifestación se repitió en Madrid con unos 5.000 asistentes que partieron de la Región para recorrer a pie el Paseo de la Castellana. Los manifiestos leídos tanto en la concentración de Madrid como en la de Murcia dejaba claro el clima de crispación y de cansancio que tenían los vecinos ante tanta mentira. Abogaba por las movilizaciones pacíficas y la defensa de los intereses de los ciudadanos, a la vez que criticaba duramente al Gobierno por “gobernar de espaldas a la gente, con mentiras y promesas que no se pueden cumplir”.

La Gran Vía de Murcia colapsada por la manifestación. Imagen: Plataforma Pro-Soterramiento

La jornada más violenta

El 3 de octubre de 2017, cuando los medios de comunicación centraban las noticias en el referéndum ilegal de Cataluña, en la Región de Murcia también se vivían días de tensión por las manifestaciones del soterramiento. Aquel día, las manifestaciones comenzaron desde primera hora de la mañana, justo cuando se empezaba a levantar “el muro”, es decir, pantallas acústicas para reducir las molestias de las obras y del AVE en superficie. 

Sin embargo, los peores momentos fueron al anochecer, cuando más de 2.000 vecinos se echaron a la calle e incendiaron contenedores que arrojaron a las vías, hicieron barricadas, lanzaron vallas y desmantelaron varios postes de las catenarias y pantallas acústicas que cayeron sobre el trazado del tren. Estos incidentes provocaron que el servicio ferroviario quedara interrumpido durante días. 

Aquella noche, la Policía detuvo a tres jóvenes a los que meses más tarde se les acusó de un delito de desorden público y desperfectos por los que la Fiscalía solicitó 8 años de cárcel y una multa de 133.000 euros. Además de esas detenciones, la Policía sancionó a más manifestantes: el importe de las multas superó los 40 mil euros. 

Ciudadanos intentando sobrepasar el cordón policial. Imagen  José Daniel Espejo vía Twitter

Las actuaciones policiales de 2017, responsabilidad del entonces Delegado del Gobierno en la Región de Murcia, Francisco Bernabé, supusieron al Estado un coste de más de 2.300.000 millones de euros. El dispositivo trasladó a la ciudad brigadas policiales de otras comunidades como Madrid, Andalucía y Valencia. Muchos vecinos encuentran en estos disturbios “injustificados y caciquiles” la razón por la que el Partido Popular sufrió una pérdida considerable de votos en los comicios de 2019 en la ciudad. 

También hay que mencionar la implicación directa de Bruselas, concretamente de la Comisión de Peticiones de la Comisión Europea, que, en diciembre de 2017, remitió un escrito al responsable de Fomento en España. En ella se preguntaba si la Declaración de Impacto Ambiental cumplía la directiva europea y la forma de paliar las obras de soterramiento para la población.

Adif claudicó y se soterró

El pacto a tres, entre el Ayuntamiento de Murcia, el Gobierno de la Región y el Gobierno de España, de 2006 quedó durante años en papel mojado, coincidiendo con la situación económica derivada de la crisis de 2007-2008. El pacto, que incluía el soterramiento integral, no fue rescatado hasta julio de 2018, doce años después, y, tras la moción de censura a Rajoy que produjo, también, un cambio en la Delegación del Gobierno en la Región de Murcia. Durante los gobiernos del Partido Popular, se hizo caso omiso al pacto de 2006 y se proyectó la llegada provisional en superficie y el posterior soterramiento.

El nuevo delegado del Gobierno en Murcia, Diego Conesa, fue quien, en julio de 2018, se comprometió a soterrar las vías antes de la llegada de los trenes de alta velocidad. Aquella promesa se materializó en mayo de 2019 con la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la adjudicación de los tramos finales del soterramiento de las vías. Aun así, desde 2019, la llegada del AVE ha continuado sufriendo continuas demoras. Conesa, se comprometió en 2018 a su llegada soterrada en el segundo semestre de 2020, pero aquel año la alta velocidad ni siquiera había llegado a Orihuela (Alicante), que era y es la parada anterior a Murcia, a la que llegó el 1 de febrero de 2021.

En el verano de ese año, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) dio una nueva fecha, el segundo semestre de 2022, que finalmente sí se ha cumplido. Esta vez será verdad y los murcianos podrán tomarse las uvas en la madrileña Puerta del Sol, siete años después de lo que prometió el entonces consejero de Obras Públicas, Francisco Bernabé. 

Un AVE en fase de  pruebas el pasado octubre en la nueva estación. Imagen: ADIF

La plataforma y los vecinos

La victoria vecinal conseguida en Murcia no hubiera sido posible sin la unión de todos los vecinos del sur de la ciudad y el apoyo del resto de barrios y pedanías. Concretamente, el trazado ferroviario afectaba a cerca de 100.000 vecinos, principalmente de los barrios de Santiago el Mayor, San Pio X, y La Purísima-Barriomar. 

El nacimiento de la plataforma Pro-Soterramiento, en el año 1991, constituyó una nueva manera de organización vecinal  que unificó en una única entidad a todas las asociaciones vecinales que hasta el momento pedían soluciones de manera independiente en materia ferroviaria. Aunque la plataforma será conocida entre los jóvenes por las manifestaciones de 2017-2019, lo cierto es que en sus 30 años de historia no ha dejado de trabajar y defender los intereses de los ciudadanos independientemente de quien gobernase en la ciudad, en la Región o en España. 

Murcia, un paso adelante para el Corredor Mediterráneo

El hecho de la llegada a Murcia del AVE supone un adelanto en el llamado Corredor Mediterráneo que conectará el puerto de Algeciras con el sur y este del país y el resto Europa. Esta infraestructura interconectará varias ciudades y permitirá una mayor agilidad en el transporte de mercancías y de pasajeros.

La llegada del AVE a Murcia supone también un paso firme para que Andalucía y la Región de Murcia vuelvan a estar conectadas por ferrocarril, ya que en 1985 se suprimió la línea férrea que conectaba Guadix y Baza (Provincia de Granada) con Lorca. Aunque el AVE mantendrá un trazado diferente y sólo realizará paradas en Lorca y en Vera-Almanzora ha permitido que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) se comprometa a realizar un estudio informativo para la reapertura de la línea anteriormente citada.

Isla ferroviaria  

Con el fin de acelerar las obras del Corredor Mediterráneo tanto ADIF como el MITMA coincidieron en que los trabajos no eran compatibles con el mantenimiento del servicio ferroviario. Por lo tanto, en octubre de 2021 se suprimió la línea de cercanías Murcia-Lorca-Águilas, que daba servicio a 9 municipios, estableciéndose un servicio sustitutorio de transporte por carretera que incrementa los tiempos de viaje hasta 1 hora más que en tren.

El corte de la línea anterior también afecta a dos servicios Intercity que conectan Madrid con Águilas y Barcelona con Lorca. En estos casos los tiempos de viaje son de dos horas y media más que si se hiciera en coche, por los cortes anteriormente citados. Los ciudadanos de la Región también han pérdido otros servicios férreos directos como el ALVIA Cartagena-Madrid que conectaba ambas ciudades varias veces al día por Albacete. 

Estos cortes ferroviarios hicieron que, hasta la llegada del AVE, Murcia haya sido la única comunidad autónoma peninsular sin conexión directa en tren a Madrid.

Manifestación contra el cierre del cercanías Águilas-Murcia. Imagen: Plataforma en Defensa del Ferrocarril de Águilas

La tardía llegada de la alta velocidad a una de las ciudades más importantes del país no significa más que el ninguneo sufrido por una y otra administración durante décadas, y que, este año, por fin ha llegado a su fin. El AVE a Murcia es una historia de retrasos, de agravios comparativos con los que la comunidad siempre ha quedado relegada a un segundo plano, sometida a intereses partidistas y electorales año tras año. 

Murcia gana este mes su lucha más reciente, con la visión puesta en la inauguración más adelante de la nueva estación intermodal que llevará el nombre de Murcia Del Carmen-Ramon Gaya, pintor y escritor murciano, hijo predilecto de la ciudad. Mientras se construye la futura estación, los usuarios utilizaran un vestíbulo provisional que da entrada a los andenes. 

La nueva estación soterrada dará cobertura a los servicios de cercanías, Intercity y AVE, entre otros; lo que permitirá un mayor desarrollo del turismo, y por ende del comercio y la hostelería, pero también un mayor desarrollo de sectores como la industria y la agricultura, que podrán utilizar el Corredor Mediterráneo para exportar sus productos al resto de Europa. 

En definitiva, ha ganado Murcia, ha ganado la Región, y lo más importante, ha ganado el millón y medio de ciudadanos de esta tierra.

 

Javier Hernández. Redactor.

«La libertad está en ser dueños de nuestra propia vida». Platón