Imagen: unsplash.com.

  • El material sanitario comenzó a llegar a algunas de las residencias el pasado mes de abril

En plena tercera ola de la pandemia, los contagios no han dejado de crecer en los últimos días. Solo entre la primera y segunda semana de este 2021, las cifras han alcanzado los 55.000 casos detectados en la capital. Esto ha llevado a la Comunidad de Madrid a endurecer sus restricciones: se ha adelantado el toque de queda a las 23.00 horas, se han aumentado los confinamientos por municipios y se ha ordenado cerrar la hostelería a las 22.00 horas.

De manera paralela, el calendario de vacunación continúa a pesar de que se han observado ciertas irregularidades, como es el caso del grupo privado de residencias Casablanca, donde han sido vacunadas varias personas no prioritarias sin consentimiento del Gobierno.

Ante esta situación, es interesante saber de primera mano cómo se han vivido estos últimos meses en las residencias públicas de la Comunidad de Madrid. Para ello, contamos con los testimonios de María García (nombre ficticio para proteger la identidad de la fuente), técnica en auxiliar de enfermería (TCAE) en residencias públicas desde 2016.

María García: “La pandemia ha sido uno de los momentos más complicados de mi vida profesional y personal”. Explica que la situación “cogió por sorpresa” a trabajadores y residentes, y que el pasado marzo lo vivió rodeada de un clima de incertidumbre y desinformación.

En cuanto a la llegada del material sanitario, María expone que “en marzo aún no había ni mascarillas ni trajes especializados”. En su residencia, el material sanitario comenzó a llegar a partir del mes de abril.

A pesar de que la situación en su centro de trabajo no ha sido tan trágica como en otros, al menos un 10 por ciento de los residentes han fallecido desde que comenzó la pandemia. María explica que, de los trabajadores, tan solo una limpiadora se ha contagiado en estos meses. Además, añade que les hacen una PCR semanal a todas las personas que trabajan en la residencia.

María comenta que, como auxiliar de enfermería, la pandemia ha afectado también a su vida personal: ha reducido el contacto físico con su propia familia y ha tenido que gestionar la gran carga emocional que supone esta situación. Afirma que “no quiere exponerse a llevar la enfermedad a las personas más vulnerables”.

En cuanto a la vacunación, la residencia en la que trabaja María comenzó con el calendario la primera semana de enero. Hoy, gran parte de los trabajadores y residentes ya han recibido la primera dosis.

Finalmente, nos explica la postura de los residentes acerca de vacunarse o no: “Todos están de acuerdo porque se les ha explicado que es la única manera de que puedan ver a sus familias lo antes posible”.

 

Yaiza Rubio. Jefa de Dinamización de redes y redactora.

“Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro”. Descartes

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