Gente esperando en la estación de Renfe de Vicálvaro, Madrid. Imagen: Abro Comillas.
- El parón comenzó el pasado jueves 30 de septiembre y ha provocado numerosos retrasos y cancelaciones de trenes
- El Grupo Renfe ha comunicado la apertura de expediente a maquinistas que incumplieron los servicios mínimos
Los conductores ferroviarios de Renfe comenzaron el pasado jueves, 30 de septiembre, una huelga de ocho días en todo el territorio nacional. El Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios (Semaf) convocó este parón a principios del mes pasado como queja ante el descontento y la falta de recursos por parte de la empresa estatal Renfe.
Tras las dos primeras jornadas de huelga y la tregua del fin de semana, los maquinistas retornarán con las protestas el 4 de octubre, y se prolongarán los días 5, 7, 8, 11 y 12 de este mes. La duración de las mismas será de 24 horas, salvo la de mañana y la del jueves, que solo afectará a algunos tramos temporales. Por tanto, se prevén nuevos retrasos y cancelaciones de trenes, sobre todo, en Cataluña, Valencia y Madrid.
También el Sindicato Ferroviario (FS), que representa a otros colectivos laborales del sector más allá de los maquinistas, se ha sumado a la huelga con una convocatoria parcial. Los días fijados son los mismos, pero solo se mantendrán de 07.00 a 09.00 horas y de 18.00 a 20.00 horas.
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y el Govern, que posee las competencias del Rodalíes (el nombre del Cercanías en Cataluña), ya fijaron los servicios mínimos para asegurar el funcionamiento de este medio de transporte.
Así, el Cercanías contará con un 75 % de trenes en circulación en hora punta y un 50 % en horas valle (85 % en Cataluña). Los de Media Distancia serán del 65 %, mientras que los de Alta Velocidad/Larga Distancia no deberán bajar del 75 %. Por su parte, los ferrocarriles de mercancías quedan reducidos al 24 % del total.
Cronología y motivos de la huelga
La huelga ha sido la última opción que le ha quedado a los maquinistas, tal y como apuntan desde el Semaf. “Tomar la decisión de convocarla no fue fácil, pero cuando no hay ningún tipo de salida, no queda otra”, explicaba uno de los miembros de la organización en Twitter.
El pasado 16 de agosto, el sindicato estableció una Comisión de Conflictos Laborales para mediar con la empresa y negociar una solución que evitase que las discrepancias llegasen a más. No obstante, Renfe se limitó a esclarecer su propuesta de servicios mínimos y no ofreció alternativas, según apuntan desde el Semaf a Abro Comillas.
Todo ello derivó en la convocatoria de la huelga por parte de este sindicato, a la que se unió el llamamiento del Sindicato Ferroviario a finales de mes. Ninguna otra asociación se ha unido a la protesta: la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CC. OO.), financiados por el Gobierno, han rechazado su participación, y la Confederación General del Trabajo (CGT) ha realizado movimientos contradictorios.
Los maquinistas, de la mano del Semaf, reclaman que recuperen los niveles de empleo y las circulaciones de trenes que se suspendieron por la pandemia y que no se han reestablecido.
Asimismo, piden que se respeten los acuerdos del 2007, en los que el Gobierno transfirió la gestión parcial a la Generalitat de Cataluña. De tal forma que es este organismo el que negocia con el Grupo Renfe para organizar las circulaciones y otros aspectos limitados del Rodalies y de los trenes de Media Distancia.
No obstante, la Generalitat ha pedido asumir todas las competencias de los servicios de Renfe, lo que afectaría, entre otras cosas, a la ampliación de vías ferrocarriles, los trenes o la movilidad de los trabajadores. También la Comunidad Valenciana se ha pronunciado en la misma dirección.
“Actualmente, el 90 % de los trabajadores de Renfe en Cataluña son de fuera, es decir, tienen esperanzas de volver a su lugar de origen. Con lo cual, no tiene mucho sentido trasladar definitivamente el personal allí”, explica el portavoz del Semaf, Diego Martín, a Abro Comillas.
Varios conductores de ferrocarril confiesan que es una forma, junto con las privatizaciones de los trenes de mercancías, de desmantelar Renfe y de trocear la unión de los trabajadores a la hora de reivindicar mejoras del servicio o de sus condiciones laborales.
El problema de los servicios mínimos
Los servicios mínimos de Renfe, al igual que en otras áreas, pretenden asegurar el funcionamiento esencial de trenes para permitir el desplazamiento de personas a sus puestos de trabajo. Así, se busca combinar y no coaccionar ningún de derecho fundamental, como el derecho a la huelga y a la movilidad de todos los ciudadanos.
En un inicio, el Ministerio de Transportes firmó una resolución que ofrecía una cubertura mínima del 100 % del Cercanías (fuera de Cataluña) en hora punta y 75 % en horario valle. Sin embargo, el Semaf denunció a la Audiencia Nacional estas condiciones por considerarlas abusivas.
El pasado 29 de septiembre, el organismo judicial acabó dando la razón a los trabajadores, por lo que los porcentajes bajaron un 25 %: se aseguraría el funcionamiento de tres cuartos del total en los tramos más concurridos y de la mitad durante el resto del día.
A pesar de ello, la propia Renfe ha reclamado en un comunicado que no se están cumpliendo los servicios mínimos establecidos para los trenes de Cercanías. Según la empresa, el pasado viernes 1 de octubre se suspendieron en torno a 567 trenes.
La compañía ya ha abierto los primeros expedientes a los maquinistas que incumplieron esta reclamación y que tachan de “falta muy grave”. El resultado podría conllevar la suspensión de empleo y sueldo durante cinco días o, incluso, el despido.
El portavoz del Semaf niega que los trabajadores hayan faltado a su labor: “Todos los maquinistas que tenían cartas del servicio mínimo, tanto el día 30 como el 1, acudieron a trabajar porque es algo vinculante y legal. Lo que hubo es falta de gestión de la empresa a la hora de distribuir esas cartas”.
Los documentos que avisan al personal de su participación en los servicios mínimos se entregaron, en su mayoría, por correo electrónico certificado de la mano de Lleida.net. No obstante, muchos maquinistas han reportado el mal funcionamiento del servicio, pues interpreta que el mensaje ha sido leído si se detecta como spam. Asimismo, el sistema no cuenta con un método que compruebe la identidad del receptor, ni la firma del acuse con un método válido de firma electrónica.
Por su parte, el fundador de Lleida.net, Sisco Sapena, se defendió de las acusaciones en Europa Press y garantizó que los maquinistas recibieron el comunicado. Aun así, Renfe ha reforzado su sistema de comunicaciones mediante el envío de un burofax y la entrega en mano de manera personal.
Las quejas de los usuarios
Las dos primeras jornadas de huelga provocaron la indignación de muchos de los usuarios de Renfe ante las largas esperas de un tren que les llevase a sus puestos de trabajo u otros lugares urgentes.
Muchos de los afectados se han quejado de la falta de información sobre los trenes y horarios no solo a Renfe, sino también a los propios empleados y maquinistas. “Yo le pido al usuario que intente ser comprensivo, que no te insulte, que intente informarse de verdad sobre las huelgas, los servicios mínimos y qué ha pasado”, reclama un maquinista de Cercanías Madrid a Abro Comillas.
Todavía queda una semana de huelga, pero la no convocatoria de una Mesa de Diálogo entre Renfe y Semaf indica que la organización sindical convocará nuevas movilizaciones, tal y como explica Diego Martín.
Hasta el momento, el usuario dispone de hoja de reclamaciones para quejarse del servicio. Además, los viajeros pueden consultar los nuevos horarios durante los días de parón en estaciones, llamando al teléfono 912 320 320, y en las cuentas de Twitter @InfoRenfe, @CercaniasMadrid, @CercaniasVLC y @rodalies.