La presidenta de Perú, Dina Boluarte, junto con el presidente del Consejo de Ministros (izq.), Alberto Otárola, y el ministro de la Producción (dcha.), Raúl Pérez-Reyes.
Imagen: Ministerio de la Producción vía Flickr.

  • El Congreso de la República de Perú ya había nombrado persona non grata al presidente de Colombia la semana anterior
  • El mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se negó a entregar la jefatura de la Alianza del Pacífico a Perú

La presidenta de Perú, Dina Boluarte, anunció la retirada definitiva del embajador peruano en México ayer, viernes 25 de febrero. La ruptura de las comunicaciones entre ambos países responde a las duras críticas de su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, al Gobierno peruano.

El pronunciamiento fue retransmitido en la cadena pública TV Perú, en la que Boularte apareció junto con el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, y la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Cecilia Gervasi.

Así, a partir de ahora, las relaciones diplomáticas quedan formalmente a nivel de encargado de negocios, la posición habitual en caso de graves disputas entre países y en la que se envía a un representante de inferior jerarquía que el embajador.

“Con sus declaraciones, el señor López (Obrador) viola el principio del derecho internacional sobre la no injerencia en asuntos internos”, acusó duramente la presidenta de Perú.

También justificó su decisión en las continuas acusaciones de inconstitucionalidad al Gobierno comandado por Dina y el apoyo al fallido autogolpe de Estado del expresidente Pedro del Castillo en diciembre del año pasado.

Las últimas declaraciones de López Obrador tacharon de “presidenta espuria” (falsa) a la actual gobernanta: “México va a seguir apoyando al presidente ilegalmente destituido y vamos a seguir demandando que se le libere”.

El presidente de México aprovechó también para criticar la inoperancia de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos en el asunto (OEA).

A estas palabras se une el acercamiento del mandatario a Pedro del Castillo y su familia, a quienes ofreció asilo político desde que sucedieron los hechos. El propio López Obrador reconoció el pasado jueves que se había reunido con Lilia Paredes, la mujer del expresidente.

México no ha sido el único país que ha roto relaciones diplomáticas con el Gobierno de Dina Boluarte. Los diputados del Congreso peruano aprobaron la semana pasada nombrar persona non grata a Gustavo Petro, el actual presidente izquierdista de Colombia, con 72 votos a favor.

La última consecuencia de las discrepancias entre López Obrador y Dina Boluarte ha resultado en la negativa de México de ceder la presidencia de la Alianza del Pacífico a Perú, tal y como correspondería por normativa. Colombia y Chile son los otros dos estados miembro de este organismo.

 

La inestabilidad y la represión reina en Perú
La continua inestabilidad de Perú alcanzó uno de sus máximos el pasado 7 de diciembre de 2022. En ese momento, el entonces presidente, Pedro del Castillo, intentó dar un autogolpe de Estado para evitar ser expulsado del cargo por “incapacidad moral”.

Su fracaso y posterior detención provocó el traspaso del poder a la vicepresidenta de aquel momento, Dina Boluarte. Sin embargo, la población continuó descontenta y surgieron fuertes protestas que reclamaron la disolución del Congreso y un adelanto electoral.

Las movilizaciones fueron duramente reprimidas, con más de 60 muertos, y la promesa de anticipo de los comicios a 2023 sigue sin ningún progreso. El Gobierno de Dina Boluarte ha perdido aún más credibilidad y los nuevos proyectos de ley para reformar el Código Penal pretenden castigar con más dureza las manifestaciones en contra.

 

Venancio Sánchez-Cambronero. Redactor.

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