Pitu Aparicio.

Pitu Aparicio es educadora e integradora social, coordinadora de ocio y tiempo libre y especialista en género, sexualidad y drogodependencia. Su especialidad dentro de la intervención es la dinamización de grupos. La militancia política y el activismo social también es algo importante para ella. Se propone, tal y como nos cuenta en su página web pituaparicio.es, “contar lo que nunca nos han contado”.

¿Qué dirías tú que se entiende por sexualidad?
Pues la verdad es que la mayoría de la gente se lo lleva a sexo, muy poca gente se lo lleva a género, y en realidad cuando hablamos de sexualidad deberíamos hablar de sexoafectividad porque contempla también los factores biológicos, psicológicos y sociales y atiende a los cuidados.

¿Cómo crees que se trata hoy en día la sexualidad en nuestra sociedad?
Bueno, creo que hay una carencia bastante latente y tangible puesto que no solo no se le presta atención en los centros educativos, sino que en el ámbito familiar tampoco se le da la prioridad que debería darse. Sobre todo por lo que decíamos antes, sexualidad no solo contempla el sexo (como un término coitocentrista), sino que abarca toda la parte de las emociones, afectiva y los vínculos, los límites y el consentimiento.

¿Consideras necesaria una educación sexual? Si es así, ¿a partir de qué edad?
Lo considero súper necesario. No creo que sea un capricho, sino que es esencial porque ahorraría un montón de situaciones de maltrato en el futuro. Lo suyo sería intervenir desde los 5 o 6 años trabajando tanto emociones como sexoafectividad porque está demostrado que a partir de los 7 años en el sistema cognitivo desarrollamos la vergüenza, por lo que a partir de ahí cuesta más hablar de emociones y el niño ya está muy sesgado: los chicos ya tienen asumido que llorar no está bien, etc.

Si tú dieras esas clases, ¿de qué hablarías?
Lo más importante cuando son más pequeños es hablar de temas de afectividad y de su propio cuerpo.

Todo el mundo conoce el clásico preservativo y la píldora anticonceptiva, pero ¿qué otros tipos de anticonceptivos hay?
Bueno, creo que se habla poquísimo del preservativo femenino y que sería muy relevante conocerlo. En todos los talleres que doy a diario muy poca gente me habla de que cuando han ido enfermeras o médicos a sus centros educativos les hayan hablado de otras cosas que no sea el preservativo masculino. Y además, no es solo que se conozca eso, también el diafragma, el parche… y que sobre todo se conozcan las realidades de los métodos anticonceptivos hormonales, eso sería necesario.

Y a raíz de esto, ¿cuál es la efectividad real de estos métodos anticonceptivos? ¿Cuál dirías que es el más seguro?
Tenemos una idea muy equivocada de la efectividad de los anticonceptivos. Yo no soy médica, pero según los estudios que se han hecho hasta ahora, depende del tipo de relación que tengas. En esta pregunta nadie puede contestar con una efectividad genérica porque una persona puede tener una relación abierta, monógama, compartir sexualidad con otras parejas, ser estéril… Cada persona es un mundo.

¿Qué opinas del porno? ¿Crees que es fiel a la realidad?
Cuando hablamos de porno creo que nos estamos refiriendo al porno mainstream, a esta industria del porno con unos accesos directos y gratuitos a través de internet. Para esto es esencial la educación porque hay que saber discernir. Así como sabemos que si estamos viendo una película de ciencia ficción y sale uno disparando, tú no vas a salir a matar a nadie a la calle, pues con el porno igual. Debemos tener las herramientas para saber diferenciar que el porno no es solo ese coito, ni todo pene – vagina, ni todos los cuerpos son como salen ahí.

Entonces, ¿eres partícipe de abolirlo o de reformarlo?
Yo creo que el porno puede ser una herramienta más, es como las drogas a día de hoy. Si informáramos, la gente sabría y podría elegir. Yo no aboliría el porno, sino que daría recursos necesarios y suficientes para entender que no lo es todo y que no es educativo.

¿Por qué crees que el orgasmo femenino ha estado invisibilizado durante tanto tiempo?
Porque vivimos en un sistema cis hetero patriarcal que nunca nos ha enseñado nuestro placer y ha condenado nuestro deseo.

Siempre ha habido un tabú con la masturbación, en especial con la femenina, pero actualmente con los juguetes sexuales se está hablando mucho de ello. ¿Crees que es porque se está haciendo negocio con ello o porque es una reivindicación sexual de la mujer?
Bueno, creo que el negocio está siempre detrás de todo porque al fin y al cabo la economía capitalista está detrás. Pero sí que es verdad que una de las cosas positivas que ha traído por ejemplo el succionador de clítoris en los últimos años, es que ha sido uno de los productos más vendidos y eso ha servido para visibilizar el placer femenino. Esto de que se visibilice no solo es necesario sino que al final también es reivindicativo.

Siempre nos han dicho que para tener una relación segura usemos el preservativo masculino, pero en las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, me refiero entre dos mujeres concretamente, ¿qué consejos o recomendaciones darías para garantizar la seguridad en el acto sexual?
Hace un tiempo subí una publicación a Instagram sobre este tema, del que al final se habla muy poco. Las barreras de látex son esenciales y además ya las venden hechas, se pueden encontrar en cualquier tienda erótica. Y se utilizan muy poco, las lesbianas usamos muy pocas protecciones y es verdad que son igual de necesarias.

¿Crees que las películas en las que se reflejan relaciones románticas perfectas, así como todo lo contrario, que romantizan relaciones insanas, afecta a los jóvenes?
Me parece que afectan brutalmente, precisamente porque no tenemos herramientas para saber discernir desde pequeñas qué es lo positivo y qué es lo negativo. Si tú desde pequeña estás viendo películas como A tres metros sobre el cielo o Crepúsculo tienes una idea muy romantizada de la violencia y muy patriarcal desde que lo vemos en los mitos del amor romántico de Disney. Por ejemplo, La Bella y la Bestia es un Síndrome de Estocolmo clarísimo y nuestras niñas aprenden que la otra persona va a cambiar y nosotras tenemos que limitarnos a esperar y adaptarnos a lo que la otra persona necesita. Con herramientas, sabríamos discernir que el porno es simplemente una visualización más y que en las relaciones deberíamos priorizarnos a nosotras mismas y trabajar en nuestra autoestima para después poder compartirnos con el resto. Así, aunque viéramos estas cosas podríamos elegir cuál es el contenido que nos gusta y con cuál nos quedamos.

 

Macarena Lledó. Subdirectora y redactora.

“Si no creemos en la libertad de expresión de las personas que despreciamos, no creemos en ella en absoluto”. Noam Chomsky

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