Collage que muestra una imagen de San Suu Kyi a la izquierda y otra de Min Aung Hlaing a la derecha. Imagen: Wikimedia Commons (Autor: Chainwit).

  • El golpe sucede cuatro meses después de la aplastante victoria de la Liga Nacional para la Democracia en los últimos comicios
  • El ejército ha declarado que tomará el control del país durante un año

Ayer, 1 de febrero, Birmania (o Myanmar) sufría un golpe de Estado militar encabezado por los antiguos miembros de la Junta Militar del Consejo de Estado para la Paz y el Desarrollo (SPDC). Algunos de los principales líderes de la Liga Nacional para la Democracia (LND, el partido del gobierno) han sido detenidos y el general Min Aung Hlaing ha asumido, de facto, el cargo de Líder del Estado de Birmania.

Una de las detenidas ha sido la Consejera de Estado y Presidenta de la LND, Aung San Suu Kyi. Galardonada con el Premio Nobel de la Paz, Suu Kyi es la principal activista birmana en pro de la democracia y ya había sido puesta bajo arresto en varias ocasiones anteriores. Su relevancia en el país es notablemente alta, pues, además de sus cargos y su actividad política, es hija de Aung San, el que fuera Presidente de la Liga Antifascista por la Libertad de los Pueblos y activista en favor de la independencia del país; considerado el «padre» de Birmania como estado moderno y asesinado en 1947, supuestamente por opositores políticos.

El ejército del país ya había cuestionado desde el principio los resultados electorales del 8 de noviembre de 2020, que daban a la LND una victoria aplastante (con más del 80% de los escaños del parlamento) frente al Partido de la Unión, la Solidaridad y el Desarrollo, asociado al SPDC, es decir, la Junta Militar que gobernó el país hasta 2010 y que, oficialmente, habría sido disuelta en 2011 con el comienzo de una transición democrática.
Ayer, finalmente, alegando fraude electoral, tropas y vehículos militares tomaron las calles de la capital Naipyidó y de Ragún, la principal ciudad del país. Tras esto, el recién nombrado presidente en funciones, Miynt Swe, presentó una declaración firmada por la que le transfería al general Min Aung Hlaing todos los poderes del Estado. Ya han sido destituidos 24 diputados y ministros y el ejército asegura que retendrá el poder durante un año, tras el cual se celebrarán nuevas elecciones.

Esta toma de poder por parte del ejército ha sido condenada por la comunidad internacional. Pedro Sánchez ha pedido, a través de su cuenta de Twitter, que se se respeten los resultados electorales y Estados Unidos ha amenazado con la imposición de sanciones al país.

Además, cabe destacar que el general, y ahora también Líder del Estado, Min Aung Hlaing es uno de los militares implicados en la limpieza étnica llevada a cabo en 2017 contra la minoría musulmana rohinyá. Este acto ha sido considerado por la ONU como un genocidio y es el causante del éxodo del pueblo rohinyá a Bangladés, hecho que generó una crisis de acogida de refugiados en este país vecino de Brimania. El general también se ha visto salpicado por varios casos de corrupción y tanto él como el ejército birmano han sido acusados repetidamente de violaciones de los Derechos Humanos.

A los graves y numerosos conflictos étnicos del país se le debe sumar su convulsa historia política. Birmania, antigua colonia británica fue invadida por el ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial, en este periodo consiguió su independencia, que duró únicamente hasta que los aliados vencieron la guerra. En 1948 el Reino Unido se vio obligado a entregar la independencia al país. En 1962 triunfó un golpe de Estado militar y en 1988 se formó la Junta Militar del SPDC, que convocó elecciones libres en 1990, sin embargo, ya en aquel entonces los resultados electorales dieron la victoria a la LND y fueron invalidados. En 2011 se trató de iniciar un proceso de transición democrática que podría estar viendo su fin tras la sucesión de estos últimos eventos.

Pável Carballido. Jefe de Cultura y redactor.

“Lo más revolucionario que una persona puede hacer es decir siempre en voz alta lo que realmente está ocurriendo”. Rosa Luxemburgo